12 - Yrigoyen/neyogirY

_____Los niños son los únicos que pueden subir y bajar en Yrigoyen. Lo sé porque los he visto correteando en el andén, yendo y viniendo mientras éste frenaba unos instantes; jugando a esconderse, creando cien veces su propio universo, personal y único; creándolo y destruyéndolo otras cien veces para construir otros, casi sin darse cuenta.
_____Desde aquel día en que decidí comprar un boleto a Yrigoyen ya no soy el mismo, ni volveré a serlo. Para ser mas exacto ya no sé quien soy.
_____Ahora entiendo perfectamente los gestos de la empleada de ferrocarriles con su mueca de pavor al mencionarle mi destino, su palidez repentina y el sudor que adiviné frío en su rostro.
_____Solo me dijo: Tal vez lo vea allí.
______Tal vez le respondí tan solo para parecer cortés, pues no entendí en ese momento a que se refería.
_____Desde entonces viajar en el tren es tenso y desagradable.
_____Trato de buscar una ubicación en el vagón que me permita disimular mi ilegal escrutinio de los pasajeros.
_____Juego a adivinar quien de ellos ha bajado alguna vez en Yrigoyen. Busco el terror en el fondo de sus ojos, quizás porque necesito compartir lo propio con otro ser humano. Otro…
Trato de volver atrás. Recordar como era mi vida antes de bajar allí. (Debo confesar que de todas las estaciones siempre ésta me llamó la atención por lo desolada, y evoco con nostalgia esa curiosidad ingenua y natural que me daba por observar a cada uno de los que descendían en un lugar donde solo se veía algún triste vendedor, y tres o cuatro perros lúgubres sin reparo del viento.) Me invadía una especie de desprotección al observarlos. Ahora creo que esa sensación era una premonición: Es factible que ya esté escrito quien tenga que bajar allí y que nada pueda hacerse para evitarlo.
_____Yrigoyen es un sinsentido. Es un truco endemoniado donde tiempo y espacio se desdoblan. Pero hay algo más. Algo horrible que es esa certeza terrorífica que sentí estando parado en ese maldito andén.
_____Algo así como haber descubierto una de esas verdades que no pueden explicarse con palabras. Empero, intentaré narrarles los hechos ahora que el tiempo transcurrido me ha dado cierto entendimiento del asunto.
_____Inmediatamente descendí del tren, y casi como un acto reflejo me volví para verlo arrancar sin mí... (pudo ser un repentino arrepentimiento.)
_____Al volver la vista me vi a mí mismo dentro del tren. Era yo: con mi misma ropa, con mi propio portafolios, mirando a la nada, pero dentro del tren. Y el tren se fue.
_____Un terrible, indescriptible escalofrío me recorrió, y desesperado tuve miedo de tocarme a mí mismo.
_____¿Quién era yo en ese instante, el que había bajado, si yo estaba dentro del tren que acababa de irse?
_____Es extraño. Porque ahora me veo siempre dentro del tren de las 17 hs. A veces luzco corbata y traje, a veces esa polera verde que compré en plaza Francia. Parezco distraído y alegre.
_____Me hago señas desde éste banco húmedo, diciéndome que acá estoy, que estoy en Yrigoyen, que muchos estamos aquí, esperando que nos veamos! Pero es inútil.
Pero soy yo el del pulóver verde, que rehuyo a mirarme en el andén. En realidad soy yo el que está adentro del tren: o no: No estoy seguro.
_____Creo que me estoy volviendo loco.
_____Cada vez que paso por Yrigoyen puedo sentir que alguien me llama, me grita, y vuelvo a sentir el mismo escalofrío.
_____Al intentar explicarle esto a la gente mas allegada, de mayor confianza, suelen contestarme que es imposible estar en dos lados a la vez.
“yo no estoy en dos lados a la vez.” Pienso, pero callo: Yo soy dos veces yo.
_____Lo que intento explicar es difícil de digerir y sólo pude interpretarlo al ver correr a esos niños.
_____Ellos son los únicos que aceptan sus múltiples yoes con naturalidad.
Y digo múltiples porque hay un detalle que tal vez hayan podido deducir solos: Yo el de Yrigoyen me veo al Yo el del tren con gesto distraído y alegre. Cosa imposible puesto que el escalofrío y la náusea que padezco en ese instante en que frena el tren a esa altura, hacen que mi cara se descomponga en una espantosa mueca.
_____Por lo tanto, el señor distraído y alegre, soy yo, pero no soy yo éste yo, ni el yo del andén….
_____Hay sólo una cosa que aún no logro terminar de esclarecer, y es por qué un suceso de semejante calaña podría suceder en una estación sin importancia como es Yrigoyen. A lo que sólo es posible atribuir esa peculiar cualidad que tiene la naturaleza para manifestar su grandeza en los lugares más insólitos, remotos e inesperados. Las cosas más alucinantes, más extrañas, pasan en los lugares más insospechados, aquellos que no ostentan, que son oscuros y humildes. Sabido ya es que las verdades no se exhiben en los stands de los shopings.
_____Será una burla de la vida, contra los falsos dioses de este siglo.
_____Tal vez Yrigoyen sea un espejo insoportable donde todos nuestros yoes coartados nos griten.
_____Tal vez hagamos bien en matarlos y enterrarlos ahí ya que nadie sospecharía nada.
_____Tal vez ya lo hayamos hecho.

_____

_____Sicorax

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